miércoles, 31 de diciembre de 2008

sábado, 27 de diciembre de 2008

LLEGARA EL NUEVO DIA

LLEGARÁ EL NUEVO DÍA

Te escribo con alegría
entrañable Perú querido,
este corazón herido
apellida Santa Maria.
Llegará el nuevo día
que suba tu cordillera,
orgulloso con mi bandera
en la nieve de tu nevado
la penuria me ha forjado
en las luchas de mi tierra.

vahema
27 diciembre 2008
Sucre Bolivia.

domingo, 21 de diciembre de 2008

LA LLEGADA

La Llegada

Hacía rato que había amanecido, entraba a Santo Tomás a pie. El caminar impedía que las piernas se me entumecieran por el frío reinante en esos parajes andinos, que eran el marco geográfico del lugar donde asumiría el cargo de Médico Titular de la Provincia de Chumbivilcas.

La noche me había parecido larga e interminable, el camión en el que viajé desde la ciudad de Sicuani, traía víveres para aquellas comarcas azotadas por una larga sequía. Durante 2 años no había llovido, en las provincias altas del sur de Cusco, con la intensidad necesaria, para que las cosechas hubieran sido suficientes, para su auto consumo y venta en los mercados próximos, el ganado bovino, lanar, equino y auquénido también sufría merma por el hambre y el frío.

La hambruna asolaba las provincias de Cuzco y Puno, registrándose muertes de sus habitantes por inanición. Era frecuente ver a campesinos deambular muy enflaquecidos tener un vómito de sangre y expirar. En la autopsia se encontraba en el estómago ichu, trapos, lana de carnero y cualquier cosa que se habían llevado a la boca para mitigar el hambre que los acosaba.. Estados Unidos a través de la agencia CARE (Comisión Americana de Remesas al Exterior) acudió en auxilio de aquellas poblaciones con unas cajas que contenían una lata de carne, otra de queso tipo Cheddar, una de leche en polvo y otra de harina. Dichos alimentos llegaban por barco al puerto de Matarani, en Arequipa y por ferrocarril eran conducidos a Cusco, de donde se repartían a sus provincias y distritos.

El camión en el cual viajé de Sicuani a Santo Tomás, uno de los tantos de la flota de camiones de la Empresa Gianella, administrada por el señor Francisco Lavado Díaz, se encontró de pronto ante otro camión, detenido en medio de la carretera, que tenía rota la dirección y obstruía el paso en aquella angosta, barrosa y tortuosa carretera en la ladera de un cerro. No quedaba mas remedio que bajarse y empujar dicho camión para poder pasar. En esas circunstancias, dos de la mañana, llegó a mis oídos el llanto de una criatura. Curioso por saber de donde provenía el angustioso llanto, me encaminé hacia la caseta del camión malogrado encontrando en ella a una mujer joven con una criatura en brazos a la cual trataba de calmar meciéndola entre sus brazos. Rápidamente me di cuenta, que el llanto era motivado por el hambre y el frío. La madre no tenía que darle de comer, todas las previsiones de alimento se le habían agotado en las 10 horas que estaban allí detenidos. Regresé al camión, en el cual hacía la travesía, subiéndome a la plataforma busqué en mi maleta un termo y un tarro de leche evaporada, los mismos que llevé a la joven madre para pedirle el biberón en el cual vertí la leche y el agua proporcionalmente. La madre asombrada no comprendía lo que ocurría, para ella era un milagro el encontrar en aquellas circunstancias alimento para su bebe. Aún sorprendida, no cesaba de darme las gracias y me preguntó cuantos hijos tenía y por respuesta obtuvo, que no tenía hijos, que era médico y viajaba a Santo Tomás a hacerme cargo del puesto de Médico Titular de la Provincia de Chumbivilcas.

La señora era Orieles Morales Stiglish de Campos, esposa del Jefe de Línea de la Guardia Civil de Chumbivilcas el Alférez Antonio Campos, viajaba desde Cusco con sus tres hijos Antonio, Jorge y la bebe Sabrina. Requeridos todos los viajeros varones empujamos el camión malogrado, hacia la cuneta para poder continuar viaje. Puesto a un costado del camino el camión, se efectuó el traslado de los pasajeros y sus equipajes, mas bien carga, del camión averiado y he aquí que tuve que ceder mi asiento en la caseta del camión en que viajaba a la joven que llevaba a la bebe y buscarme un sitio en la tolva del camión mixto, sobre la carga y entre otros viajeros.

Al reiniciar la marcha el camión, algunos pasajeros protestaban por lo apretujados que estaban, pero el balanceo del camión al avanzar por la carretera llena de huecos, hizo que todos encontraran su acomodo, cesaron las protestas y el sueño vino a aliviar las penurias que ocasionaba el viaje en esas condiciones.

Cuando el camión se detuvo, las primeras luces del alba alumbraban la región y un bullicio proveniente de arrieros que alquilaban acémilas para continuar el viaje, despertó a los viajeros. Al bajarme por la baranda lateral del camión resbalé y llegué al suelo más rápido de lo esperado. Escogí, para continuar el viaje, uno de esos caballitos de poca alzada, los cuales son oriundos de estas regiones. De día andan a tropezones, pero en las noches galopan como el mejor alazán, llevando sobre sus lomos a un abigeo, de los cuales está lleno esta provincia. En la cárcel provincial la población promedio de presos es de trescientos, la mayoría está por abigeato, en menor grado por delitos contra el honor sexual, por lesiones y homicidio. La alta proporción de detenidos por abigeato se debe a no haber libertad bajo caución por este delito y deben permanecer encarcelados hasta que se realice el juicio y luego ser trasladado a la Cárcel Central de Cusco.

Chumbivilcas es la tierra de los ccorilazo, gente brava, sanguinaria, donde la vida humana carece de importancia. Son famosas sus corridas de toros, hay ganaderos que se dedican a la crianza de ganado de lidia, los mismos que llevan a las corridas de toros de las comarcas cercanas y a otras provincia e incluso a Lima a ser lidiados en el nuestro principal coso: la Plaza de Toros de Acho.Los viejos se lanzan al ruedo a torear arriesgadamente, prefieren morir borrachos, en el ruedo, en las astas de un toro matrero, en la Fiesta de la Mamacha Natividad, celebrada el 8 de Setiembre, que morir en su cama sufriendo los males de la vejez. Comarca esta, donde al conocerse la muerte de uno de sus habitantes, nadie pregunta de qué murió, sino quién lo mató.

Montado en la bestia y echada a andar, con el continuo roce de mis posaderas con la montura, estas no aguantaron mas y tuve que verme precisado a apearme y continuar el viaje a pie, caminando con las piernas abiertas por escaldadura de mis nalgas, como si imitara a un vaquero del lejano oeste.

El gañán con mi maleta a sus espaldas corría a mi lado. En ese penoso caminar empecé a recordar los distintos medios de locomoción que había usado para llegar hasta ese extremo del país, que al decir de los lugareños, es la baticola del mundo. Al viajar de Lima hacia Cuzco lo hice en avión, luego de Cuzco a Sicuani utilicé el tren, de Sicuani a la punta de carretera el camión, de allí la acémila y luego terminé sobre lo que siempre había tenido por compañera en mis andanzas, mis propias piernas.

Al ingresar a Santo Tomás por la Calle 28 de Julio, observé una calle ancha, empedrada, en el centro de la cual presentaba una canaleta por donde discurría en escasa cantidad agua, veredas laterales de sillar, casas de dos pisos construidas con bloques de sillar, puertas, ventanas y balcones la mayoría de madera de eucalipto.

Algunas casas tenían techo de calamina, la mayoría de paja de las altas cumbres andinas: el ichu, del cual se desprendía vapor de agua; al aparecer el astro rey, el rocío del amanecer allí impregnado se evaporaba. Al avanzar noté que los chanchos hocicaban en el suelo entre otros desperdicios, excrementos humanos. En las noches, los vecinos desde sus balcones arrojaban el contenido de sus bacines a la calle y en las mañanas al clarear el alba los chanchos convertidos en la Baja Policía limpiaban las calles.

Traté de indagar por el Subprefecto de la provincia, pero las dos o tres personas con quienes me crucé, sin contestarme, echaban a correr alejándose por las calles adyacentes; supuse que eran así de ariscas ante la presencia de forasteros o podía ser porque ellos eran quechua hablantes y no hablaban español. Seguí caminando hasta que al llegar a una plaza, que era un gran descampado con un malecón en unos de sus lados y circundada por casas, avisté a un hombre enfundado en un poncho, que venía en mi dirección, al mirarlo observé que en la pechera del poncho se mostraban las manchas dejadas por los últimos alimentos ingeridos, vestía debajo del poncho un terno de casimir y calaba en su cabeza un sombrero de paño con una cinta de seda grasienta en toda su extensión. Era un hombre de mas o menos cuarenta años, cuyo rostro mostrábase sebáceo y sus ojos presentaban secreciones blanquecinas en ambos ángulos internos. —Buenos días, señor. Por favor, podría decirme dónde puedo encontrar al señor Raúl Pacheco. —Y... ¿para qué lo está buscando?. —Soy el Dr. Santa María, el nuevo médico. El asombro y la incredulidad se pintaron en su rostro y espetó: —¿Qué?,... ¿Ud. es médico? —Si señor, traigo una carta del Diputado de la provincia el Dr. Miguel Mendoza Dongo para el Subprefecto Raúl Pacheco. Esta reacción del hombre, no era de extrañar, la mayoría de las gentes, tiene idea del médico como una persona mayor, robusta y de aspecto saludable; pues bien yo era muy delgado pesaba apenas 55 kilos, porte esmirriado, cabello peinado con raya al costado izquierdo y mi aspecto en general era el de un hombre muy joven, el cual por los años que representaba no habría terminado una carrera tan larga como la médica.Repuesto de su sorpresa, me dijo que él era el Subprefecto. Tomó la carta que le entregué, rasgó el sobre, sacó la misiva que le enviaba su primo, procedió a leerla y recién, después de enterarse de su contenido, se mostró afable. Sonrió, me extendió la mano, observé que sus uñas eran muy largas y llenas de tierra.

Correspondí estrechando la mano que se me tendía.Me invitó a su casa para tomar el desayuno, diciéndome que luego habría tiempo para llevar a cabo las acciones que mi presencia en el pueblo requería, como conocer el lugar en que funcionaba el Centro Assistencial, el personal de la misma, así como lo que correspondía a mi estancia: el alojamiento y la alimentación.

Pasamos delante de la Iglesia, una colosal construcción de tipo colonial que databa del año l790, construida con bloques de sillar. Ostentaba en su fachada principal dos altas torres y en la parte central un gran pórtico con enorme y pesada puerta, circundaba el atrio un cerco con tres arcos, de los cuales quedaba en pie solo el del frente, los laterales estaban semi derruidos.El templo estaba en reconstrucción por la CRIF (Corporación de Reconstrucción y Fomento) organismo dedicado a reconstruir edificios públicos dañados por el terremoto que asoló a Cuzco en 1950.


El encargado de la obra era un hijo del lugar el Ingeniero Ugarte.Continuamos caminando, pasamos al costado del Palacio Municipal, construcción de dos pisos frente a una plaza con pileta central, allí me indicó que se le había cedido al Médico anterior una habitación, mas allá en el mismo edificio pasamos delante de la oficina del SCIPA, al doblar hacia la derecha nos encaminamos hacia su casa.

La casa era una construcción de dos pisos de sillar, tres puertas a la calle, en los altos un balcón.Entramos por la puerta central a un hall donde había una mesa y sillas, mas allá se veía un patio y materiales de construcción. Esta habitación era su comedor.A la izquierda una puerta daba ingreso a una tienda de abarrotes, que por la hora temprana del día, estaba cerrada y a la derecha otra puerta daba acceso a un cuarto que servía de hospedaje para transeúntes, quienes en su mayoría provenían de la provincia Grau del vecino departamento de ApurímacEra un cuarto amplio, con dos puertas y sin ventanas, el cual contaba con diez camas, una de las cuales me fue ofrecida.¡Que lejos estaba de mis aspiraciones de privacidad!. Pero no había otra alternativa, así es que solicité ocupar una cama; ofreciéndoseme colocar un biombo para aislarme del resto de huéspedes, que en su mayoría llegaban los fines de semana.

El desayuno consistió en un café hecho de menestras endulzado con azúcar rubia y en lugar de pan se me ofreció papa helada conocida como chuño y queso.Acabado el desayuno avisados por vecinos del lugar se presentaron dos personajes, uno el Auxiliar Sanitario Edilberto Ugarte, hombre de mediana edad, vestía un terno de casimir, presentaba una parálisis facial derecha, cicatrices en la cara, dificultad para hablar porl tener la lengua partida debido a lesiones provocadas por los ataques de epilepsia que padecía y el otro Justo P. Mendívil Jefe del Botiquín Popular, hombre bajito, rollizo, enfundado en un terno de saco corto, muy ceñido a su cuerpo; ojos grandes de mirada vivaz.Ambos al presentarse me saludaron con unas profundas reverencias que me causaron mala impresión.

La Posta Médica funcionaba en una de las habitaciones del primer piso de la Municipalidad, constaba de un solo cuarto que a la vez le servía de alojamiento y consultorio al Dr. Postigo, estaba cerrada con candado.El Dr. Postigo había sido denunciado, de abandono del cargo, por las autoridades del pueblo ante el Jefe del Area de Salud del Cusco Dr. Gustavo Hermoza Mariscal, quien después de haber constatado in situ la ausencia del Dr. Postigo durante la pandemia mundial de Gripe Asiática, lo había destituido y en su lugar yo venía a cubrir la vacante.El Dr. Postigo aún permanecía ausente del pueblo..

El Botiquín Popular ocupaba una sala en el segundo piso del edificio de la Municipalidad, contando con escasas medicinas, la mayoría de ellas eran medicamentos galénicos de consumo popular, como árnica, trementina, analgésicos, frotación salicilada, ampollas de clorhidrato de emetina, etc.

Inquirí a los dos empleados de la Posta Médica por el hospital que se me había referido allí existía, así mismo de la Beneficencia Pública, ambos se miraron con asombro pues tales instituciones no existían.Busqué al Supervisor de Educación Napoleón Chumbe Vilcarromero, a quien visité en su casa que a la vez era la Oficina de la Supervisión de Educación, a fin de conocer sobre el puesto de Supervisor de Sanidad del Ministerio de Educación, informándome que estando por finalizar el año no había presupuesto para tal plaza.Aquí me encontré con el Ingeniero Agrónomo José Luis Rodríguez Valencia a quien conocí en el Ministerio de Educación, cuando le entregaban su nombramiento de Supervisor Agropecuario de Chumbivilcas y nos habíamos visto después en el Cusco de donde viajó inmediatamente a Santo Tomás, en tanto que yo por indicaciones del Dr. Hermoza, permanecí en el Cusco para conocer el trabajo de salud que se estaba realizando en la Pampa de Anta en las localidades de Poroto, Pucyuria, Izquchaca, en coordinación con el SECPANE,Por lo tanto él me había antecedido en llegar a Santo Tomás, al saludar a la primera persona conocida, indagué sobre su alojamiento y pensión alimentaria.Me informó que a su llegada se encontró con el Ingeniero Agrónomo Hernán Torres La Jara, Agente Rural del SCIPA, con quien había estudiado en la Universidad de La Plata. Compartía una habitación en los altos de la casa del Subprefecto con dicho ingeniero y su secretario el señor Raúl Arce Borda .El se dirigía a almorzar así es que lo acompañé a la Pensión Arequipa de Carmen Villena.La pensión ocupaba un solar con una gran puerta que daba a un patio, en la pared situada a la derecha había una puerta que daba acceso al comedor, el piso estaba entablado con madera de eucalipto, cubierto en parte de barro, barro que traían en sus zapatos los parroquianos. Había unas cuantas mesas pequeñas y algunas sillas de madera. Una ventana dejaba ver la cocina donde, con leña y a falta de esta con bosta (excremento desecado de ganado vacuno), en unos fogones se colocaban las ollas y sartenes para cocer los alimentos. El techo de paja mostraba unos colgajos negrosEl almuerzo consistió en un caldo de cabeza de carnero y de segundo churrasco de carnero con papas, huevo frito y arroz. El muchacho que trajo el caldo tenía los dedos pulgares sumergidos en él, al asir el plato lateralmente con ambas manos. Al caldo le habían agregado aceite, el mismo que en pequeños glóbulos sobrenadaba, al igual que la cebolla de rabo, cortada en pequeños trozos. Al terminar el almuerzo nos despedimos y al quedarme solo empecé a razonar acerca de lo visto hasta ese entonces: ausencia de hospital, de Posta Médica, carencia de presupuesto para el cargo de Supervisor de Sanidad, en el Botiquín había comprobado la inexistencia de medicinas con las cuales hacer frente a las enfermedades prevalentes en la zona. Carencia total de material médico quirúrgico Las condiciones precarias de vida en aquel remoto lugar, muy lejos de un centro de mayor desarrollo, falta de medios de transporte regular, llegaban camiones cuando traían carga y podían vadear los ríos que en la época de lluvias crecían impidiendo el pase, ante la carecía de puentes, me hicieron reflexionar y preguntarme:

¿Para qué me quedaba, si se carecía de lo mínimo indispensable para el ejercicio de mi profesión? Hasta aquí ya tenía suficiente información para decidir si me quedaba o no en Santo Tomás y solo tenía una respuesta: Marcharme. Busqué un muchacho para que llevara mi maleta y emprendí el regreso al camión en el cual había hecho la travesía de venida, que se encontraba unos kilómetros atrás. Llegado al sitio donde había quedado el camión encontré a los comerciantes lugareños tratando con el chofer sobre el pago de los fletes por la carga traída y los encargos de nuevas mercancías para el próximo viaje. Le dije al chofer que me reservara un asiento en la caseta porque regresaba a Sicuani. Un tanto sorprendido, me contestó que apenas retornara del pueblo el señor Washington Reynoso partiríamos y acto seguido mandó poner mi maleta junto a la carga, esta vez consistente en gran cantidad de botellas de cerveza vacías enfardeladas en sacos de yute, que en grandes cantidades consumen los mistis o huiracochas (señores de clase acomodada) y cilindros vacíos cuyo contenido había sido aguardiente conocido con el nombre de "guacto" de gran consumo por la mayoría de sus habitantes. Acto seguido me acomodé en la caseta y no tardé en quedarme dormido. Desperté con la llegada del señor Reynoso, en cuya compañía había venido desde Sicuani y durante el viaje habíamos compartido experiencias, tan es así que él me dijo que viajaba con cierta frecuencia a Yauri, Yanaoca, Santo Tomás y Acomayo, las llamadas provincias altas, por su cargo de Sub Jefe de la Caja de Depósitos y Consignaciones para controlar la venta de aguardiente y coca, así como los depósitos de dinero. Por mi parte le comenté que me acaba de graduar de médico, este era mi primer puesto en el Ministerio de Salud, recién me había casado y dentro de un mes traería a mi esposa a Santo Tomás.

Al preguntarme que hacía sentado en el camión y tener por respuesta que me regresaba, me pidió que bajara del camión, que tenía algo que decirme. Cuando bajé, me llevó a la parte trasera del camión y me lanzó una tremenda reprimenda: —¿Cómo es posible que siendo Ud. un profesional joven que ha llegado a este pueblo lleno de optimismo, de ilusiones y deseos de triunfar; ante la realidad de nuestro Perú profundo, daba marcha atrás y salía corriendo despavorido, sin importarle nada ni nadie. Sin tener en consideración que era la esperanza de sus padres y hermanos, como también de su recién desposada. —Al tomar esta decisión Ud. no ha reparado en lo que dirían sus colegas, sus amistades, sus vecinos allá en la lejana Lima, su jefe de Cusco, los empleados del Area de Salud de Cusco. —No señor, si Ud. hace esto hoy, ante la primera dificultad da la espalda y sin medir las consecuencias no la afronta. Nunca dejará de dar la espalda a las dificultades y salir corriendo. Solo un ser pusilánime haría lo que está pretendiendo hacer. Esta primera vez, ante la cruel realidad, es la prueba para medir su temple y míreme, físicamente soy mas fuerte que Ud. y si es necesaria la fuerza, yo la usaré, pero Ud. no se regresa hoy, por lo menos en este camión. Ud. se queda aquí y ahora". Dicho y hecho ordenó bajar mi maleta y al chofer le indicó que arrancara rumbo a Sicuani. Estupefacto y confuso por lo que había oído no atiné mas que a mirar como el camión se alejaba e iba perdiéndose en el horizonte dejando tras sí una nube de polvo. Me acerqué a mi maleta, que había quedado tirada en medio del camino, la abrí y extraje de ella una botella de champagne, la destapé y bebí su contenido a grandes sorbos: Era el día de mi cumpleaños. De regreso al pueblo, dirigí mis pasos hacia la pensión, llegado a ella me tumbé sobre la cama que me habían asignado. No sé cuanto tiempo permanecí acostado, pero desperté al sentirme llamado por un gentío que invadió el cuarto. Traían cargado entre varios hombres a un herido que sangraba profusamente de la cabeza. En una taberna del lugar se habían reunido varios parroquianos, de pronto surgió la discordia y en plena pelea uno de ellos cogió una botella y la estrelló sobre la cabeza de su contrincante, produciéndole pérdida de la conciencia y una herida en el cuero cabelludo. Inconsciente, borracho y sangrando fue traído hasta mi cuarto. De un porrazo se me quitó el aletargamiento y dándome cuenta de la situación caí en la conclusión que no tenía con que suturar el cuero cabelludo. Salí a la calle, tratando de ordenar mis ideas para resolver el problema, cuando vi a una jovencita, en la puerta lateral de la casa que ocupaba, estaba sentada en una silla bordando una pieza de tela, me dirigí hacia ella y le solicité que me prestara una aguja, un pedazo de hilo blanco, su pinza de depilar sus cejas y una tijera., me miró sorprendida y algo desconfiada, pero en pueblo chico ya la noticia de mi llegaba era de conocimiento general. Reunió lo que le solicité y me lo alcanzó. Premunido de estos adminículos, regresé al cuarto donde estaba el herido, saqué de mi maleta mi máquina de afeitar y jabón, mandé a sus acompañantes a traer agua y aguardiente y procedí a limpiar con agua y jabón la cabeza del herido. La afeité y ordené darle mas trago al paciente, a falta de anestesia, para proceder a suturar la herida. Acabada la operación y retirado el herido con sus acompañantes, quedó el suelo sucio con sangre, cabellos y agua, lo que fue motivo para que tuviera mi primer encontronazo con la esposa del Subprefecto, dueña de la pensión, por haber atendido al herido en su establecimiento, contaminando el suelo con sangre y el ambiente con los borrachos. Le expliqué, que frente a la necesidad de una atención de urgencia, por el abundante sangrado del cuero cabelludo del herido, no encontré otro sitio donde suturarlo, puesto que Posta Médica no existía y dada la hora avanzada de la tarde el Botiquín Popular estaba cerrado. Además había tenido que improvisar el instrumental, tanto yo como lo que había visto en el Botiquín, carecíamos del mismo, para proceder a practicar una cirugía menor. Resultó que quien me había proporcionado los medios para la sutura era su hija Frida. Pasado el mal rato me acomodé nuevamente en mi cama, había anochecido y las viscisitudes pasadas me rindieron y caí en un profundo sueño, el mismo que fue violentamente interrumpido por la llegada de un viajero que se adjudicaba la posesión de la cama que me habían asignado y furioso por encontrarla ocupada, se arrojó sobre mí, me levantó en vilo profiriendo interjecciones que mejor no las reproduzco y me lanzó al suelo. Al barullo provocado por este incidente, se presentó el Subprefecto, quien arregló la situación; el viajero era Serapio Albis gobernador del distrito de Llusco, distrito situado a 8 leguas de Santo Tomás, quien de paso por este pueblo, ocupaba la cama próxima a la puerta, la misma que me había sido ofrecida. Presentados ambos y con las disculpas de su parte, al fin podía darle descanso a mi adolorido cuerpo y a mí atormentada mente. Así terminó mi primer día en Santo Tomás un pueblito allende la inmensidad de los Andes peruanos. Una fecha que sería para recordar toda mi vida y que la humanidad también la recordaría, puesto que aquel día 05 de Octubre de 1957, el hombre había logrado hacer circunvolar alrededor de La Tierra, fuera de la gravedad terrestre, la primera nave espacial que significaba un primer paso de un vasto programa que lo habría de llevar a la conquista de los espacios siderales, que como primera etapa tenía el llegar a la Luna y era para mi el primer hito de mi desarrollo profesional.
Luis D. Santa María Alvarado

sábado, 20 de diciembre de 2008

Amanecio el primer dia



Camino sobre mis manos el contacto de sus ojos, el calor de la incertidumbre fue el termómetro de su altura, la oscuridad del espacio humedecieron mis cabellos, era un cajón de la angustia donde brillaba el sol de mis ideas.

Amaneció el primer día del año. Caminamos desde la quebrada de las naranjas bajo una lluvia persistente, amontonamos nuestro cansancio en un tambo vacío, el sol tibiamente peleaba por aparecer, era la primera caminata de Fabiola, se sentó sobre una piedra y miró al cielo, lluvia cochina le dijo y encendió su pequeño radio transmisor de seis pilas grandes.

Habíamos empleado cuatro horas, el reloj marcaba las once de la mañana. Estábamos dentro de lo normal, pero ya el cansancio físico había hecho mella en el cuerpo de Fabiola.— Que dura es la vida que llevas Ardel —exclamo Fabiola, es la primera vez que me aparto de la casa de mis padres, le alcancé una pequeña lata de Atún y compartimos nuestro rancho.

Teníamos que llegar antes que anochezca, la lluvia había calmado, pero un viento helado golpeaba nuestro rostro. Decidimos reemprender la caminata y después de varias horas, encontramos un río caudaloso, había crecido el volumen de sus aguas rápidamente.

Desde la orilla opuesta distinguimos a Juan que con los brazos en aspa nos daba la bienvenida. Fabiola fue la primera que tuvo que cruzar a través de la Oroya, fue penoso por el tiempo empleado y su nula experiencia en estos menesteres agravó un poco mas su cansancio.

En la casa de Juan acomodamos las cosas para pasar la noche, su esposa Mariela, sirvió un caldo de papas, fumamos unos cigarros que Fabiola invitó, tomamos un mate de cedrón y alcanzamos el sueño de la noche.

Al día siguiente distribuimos el trabajo, Fabiola había amanecido bastante positiva, tuvimos que acarrear agua desde el rió, Fabiola también acompaño en esa tarea, fue un buen ejercicio madrugador.— Bien resuelta es esta chica me comento— Juan y terminamos los últimos sorbos del café de habas.

Sobre el pasadizo de la casa amontonamos la leña, compartimos un momento de descanso los cuatro, mientras que Mariela daba de lactara su pequeño bebé. El cielo está despejado, pero hay nubarrones va a llover en la noche sentenció Juan, mientras que Fabiola bien acomedida empezó a atizar el fogón, primera vez que he visto esto en mi vida. ¿A qué hora compramos gas? dijo, y se hecho a reír.

Mariela y Juan provenían de una familia de campesinos pobres de las provincias altas. Ambos se conocieron en la Unión Soviética mientras seguían sus estudios de ingeniería, viajaron becados. Dentro de seis meses mencionó Mariela pensamos viajar a Alemania, hemos conseguido trabajo allá, esperamos solamente que nos comuniquen. En la noche hay reunión del Sindicato mencionó Mariela, ayer comunicaron que es de emergencia, vamos Fabiola dijo, bueno acepto ella.

Terminaron de comer unas mazamorras, y el ladrido de los perros anunciaba que alguien estaba llegando. Salió a ver Juan quien era, alumbró con su linterna y encontró que era Mistre, pasa le dijo, cuantas horas llevas caminando le preguntó Ardil, son seis horas, después de almorzar salí, pero la lluvia me hizo demorar, tuve que guarecerme en un tambo,. Prepararon un mete de Manzanilla y empezaron a intercambiar ideas sobre el trabajo que tenían que realizar en ese mes. Eran veinte los sindicatos que había que visitar, convocar a asamblea y designar los delegados para el próximo congreso de la Central de Cooperativas. Juan sugirió que todos o sea los cinco deberían de dividirse el trabajo, les iba a llevar por lo menos un buen tiempo unos quince días como mínimo.

El trabajo no fue nada fácil, en algunos sindicatos lograron convocar a la asamblea, en otros solamente dejaron el recado para que nombren delegados al congreso. Volvieron a encontrarse después de diez días resumieron sus informes y acordaron preparar el viaje para asistir al Congreso de la Central de Cooperativas.

Fabiola y Mariela recibieron el encargo de preparar las ponencias para el congreso, después de tres días de trabajo en la elaboración de los respectivos documentos, en la camioneta de la central partieron hacia la Ciudad, el único delegado pleno al Congreso era Juan.

Fueron llegando los delegados de todas las provincias, era el primer congreso que realizaba la Central, se tuvo que alquilar el Anfiteatro de la Universidad, el local que se había conseguido quedó pequeño.

El trabajo del Congreso fue de cinco días, las ponencias elaboradas por Mariela y Fabiola fueron aprobadas por mayoría en el Pleno del Congreso. Juan resultó siendo elegido Presidente de la Central de Cooperativas por el período de dos años. Esa noche en el local de la Cooperativa juró la nueva Junta Directiva, Juan mantenía una actitud serena se le notaba una amplia satisfacción, seguía las huellas de su padre, que años atrás había sido presidente de la Central departamental de trabajadores, en un accidente de tránsito perdió la vida.

Se festejó hasta las altas horas de la madrugada, Fabiola se volvió una experta en bailar Huaynos, incansable estuvo, todos querían bailar con la blanquita decían.

Cuando todo ya había llegado a su nivel volvimos a juntarnos los cinco. Juan y Mariela iban a ir por unos días a visitar a sus padres, Mistre volvía a su sindicato, Ardel y Fabiola se quedaban unos días en la ciudad esperando el retorno de Juan y Mariela.

Fabiola se mostraba entusiasmada por conocer el Cusco, teníamos exactamente cuatro días de descanso, ya que al término de este, tenia Ardel que volver al Sindicato mientras que Fabiola regresa a Lima.

Fabiola me convenció para visitar Machu Picchu, recurrió a todas las argucias habidas y por haber; con este viaje seria la cuarta vez que mis huellas escalaban el Machu Picchu.

Dejamos atrás la ciudad y llegamos a las alturas propias del Machu Picchu cerca al medio día, empezamos a observar absortos la monumental construcción de piedra. Fabiola saco unos apuntes que los puso en su maletín de mano cuando supo una mañana que estaba confirmado su acariciado viaje al Cusco, y su padre le había asegurado el dinero suficiente para su viaje. Tenía en sus manos un libro sobre la historia del Tahuantinsuyo, que lo comenzó a devorar insaciablemente, este periplo por Macchupicchu fue de tres días.

Fabiola había saciado en parte, su sed de estudiante, era una aplicada alumna según me confesó cuando estábamos llegando al imponente Intihuatana. También se acordó que había traído los versos de Neruda sobre Machu Picchu, destapamos una gaseosa y aplacamos un tanto la sed, al fin después de tanto batallar y refunfuñar y mencionar hasta su última generación encontró los versos que tanto buscaba. Aquí están gritó, lo que produjo en Ardel un impresionante efecto sonoro se encontraban sobre la base de la “Sacristía”, entre distintas piedras de muchos ángulos.

Hacia el oeste la cordillera de Vilcabamba y sobre la derecha la otra cordillera nevada del Vilcanota. Estábamos a cuatro mil msnm. Después de tanto andar y darnos cuenta que estábamos en las aproximaciones del Huaynapicchu me pidió tomándome de las manos que escuche los versos que iba a recitar, la vi tan pequeña y delgada, ante la majestad del panorama, pero era alta sobre los manantiales de su hermosura, alzó su voz sobre el perfume de su estatura y desde el techo de las soledades empezó a recitar : “Puse la frente sobre las olas profundas, descendí como gota entre la paz sulfúrica, y, como un ciego, regresé al jazmín de la gastada primavera humana”.

Su modulación de voz atrajo la atención de otras personas que conformaban un compacto grupo de turistas extranjeros, en su mayoría españoles, indagaron por aquellos poemas y ella en un acto de “sabiduría intelectual” menciono que era la autora.

Fuimos al local de la Central de Cooperativas para conocer si habían ya regresado Juan y Mariela, la respuesta fue negativa, allí varios socios reconocieron a Fabiola como la blanquita que baila bonito.

Echamos a andar incansablemente, Fabiola no se cansaba de tomar fotografías, tenia un maletín destinado exclusivamente a guardar los rollos utilizados, no quedo un solo lugar que no estuviera impregnado con la voz de Fabiola, de su tacto fotográfico no se salvaron ni las picanterías. Recorrimos tantas calles, conversamos muchas cosas, pero tu rostro de rosa, me impedía que calle, sembramos sobre un valle, poesía y cuento, y tu cálido viento, que cruza el continente, es tu aroma que se siente, y me cubre al momento. Sobre el borde de la media noche dejamos descansar el silencio del cansancio, abrimos las ventanas de par en par, para recibir el viento de las alturas, impregnamos el calor de las emociones en el torbellino incansable de la memoria, desde la huella de su sombra escribí su nombre en el pergamino de la canela, los acentos y las vocales descansaron en su corazón, la gota de su pensamiento formaron los sueños del rocío, y cayeron como los besos de la luna en la sonrisa azul de los niños. Desde la curva de la ansiedad, vi crecer mi libertad.


Vahema. Sucre 22 de diciembre de 2003-12-22

viernes, 19 de diciembre de 2008

DECIMAS DE PERU: DECIMAS DE VAHEMA


September 04
Decimas de Peru:Décimas de Vahema
seleccion de Decimas compuestas por el decimista peruano radicado en la ciudad de Sucre Bolivia:Lizardo Alberto Santa Maria: Vahema. Pueden visitar la pagina: http://www.mundoalterno.com/decimas/decimas.htm dedicada a la difusión de la literatura en especial de autores peruanos.

Vahema

PERU: Entre tus olas me río
Perú, riqueza peruana
orgullo de tu gente,
te llevo tan presente
en mi ausencia lejana.
En tu serena mañana
me empapa tu rocío,
y en tu cantar tan mío
de ternura incomparable
dejo que tu mar hable
y entre tus olas me río
Vahema
20 de julio 2005
Sucre Bolivia.

VOLVIÓ A BRILLAR EL SOL
El pueblo puso final
al imperio español,
volvió a brillar el sol
con la espada de San Martín.
Lima ciudad sin fin
con un rutilante mar,
ella se pone a bailar
con la flor de la canela
es la canción que vuela
en el recuerdo para soñar.
Vahema
26 de julio 2005
Sucre Bolivia

ASI ES LA VIDA DURA
En tus ojos brillaron
la luz de un "mundo mejor",
la aventura y el dolor
sobre tu cuerpo quedaron.
Con inquina te miraron
de una forma indignante,
y con tu pecho adelante
de tristeza y ternura
así es la vida dura
del compañero emigrante.
Vahema
29 de julio 2005
Sucre Bolivia

SE ESCULPE TU NOMBRE MARÍA
La historia de pié
se llamó Tahuantinsuyu
la época de taguasuyu
sobre tu palma se ve.
.En tu escrito miré
al fabuloso Coricancha
y desde esa piedra ancha
de enorme sabiduría,
se esculpe tu nombre María
donde la patria se ensancha.
Vahema
Martes 16 de Agosto 2005
Sucre Bolivia

PUNO SOBRE LOS MARES

En tu agreste cordillera
nació tu arte rupestre,
es bendición terrestre
como el hombre quisiera.
Entre los Apus viviera
en sus profundos cañones,
mezcla de frío y canciones
de vientos glaciares
Puno sobre los mares
cosecha sus emociones.
Vahema
06 Setiembre 2005
Sucre – Bolivia

TODO CHUQUISACA PIENSA

El viernes empieza
Guadalupe serenata
corre cerveza en lata
todo Chuquisaca piensa.
de Bolivia su conciencia
el sábado entrada
donde baila de madrugada
el espíritu de Olañeta
a gozar es la meta
vestida de morenada.
Vahema
Setiembre 2000
Sucre, Bolivia

TE ESPERE CON PACIENCIA

Ayer me acorde de ti
hoy gozo tu presencia,
te esperé con paciencia
a tu lado pues, reí.
Entre letras te conocí
con una banderola,
entre esa inmensa ola
que clama libertad
justicia y verdad
tu nunca estás sola
Vahema
8 de julio 2005
Sucre Bolivia

JULIO RAMÓN RIBEYRO

maestro incomparable
del cuento peruano,
solemne y soberano
dejo que tu pluma hable.
fumador imparable,
el próximo mes me nivelo
tu le diste consuelo
en la palabra del mudo
escritor limeño que pudo
alumbrar con letras el cielo.
Vahema
15 de Junio 2004
Sucre – Bolivia

ERES ORO DE LA HISTORIA
Caballero de los mares
símbolo ciudadano,
recogiste con tu mano
en medio de avatares.
Entregaste los pesares
que te cubren de grandeza,
marino de entereza
eres Oro de la historia
tallador de la memoria
tu moral es fortaleza.
Vahema
2 de junio 2005

domingo, 9 de noviembre de 2008

"NO SOY NINGUNA SANTA"

NO SOY NINGUNA SANTA

El Perú esta de duelo

por Ima Sumacc cantante,

voz de soprano elegante

que dormita en el cielo.

Ella descubre el velo

"No soy ninguna santa",

con esa voz que encanta

paseo muchos lugares

entre espinas y pesares

a este mundo le canta.

vahema

05 dee Noviembre 2008

sucre bolivia.

jueves, 16 de octubre de 2008

EN LA RUTA DEL MARXISMO

EN LA RUTA DEL MARXISMO

Hurgo sobre el pasado
de una vida clandestina,
el contacto en la esquina
sin problemas ha llegado.
se ha elaborado
en la reuniòn celular
los temas para estudiar,
en la ruta del marxismo
la bandera del leninismo
por siempre ha de flamear.

Vahema
16 de Octubre 2008
Sucre Bolivia.v a h e m a

domingo, 12 de octubre de 2008

ES LIBERTAD QUE FECUNDA LA TIERRA

ES LIBERTAD QUE FECUNDA LA TIERRA


Detrás de la noche el poder
en medio de la luna el amor
la lluvia en tus ojos ha de caer
entre restos mortales que tienen dolor.

Son los barrotes de cárcel mojada
cuando el tiempo cesa de llamar
es tu rostro condena anulada
son las voces que tienen que cantar.

Los tiranos sembraron la muerte
el pueblo reunió sus semillas
es luz organizada de arcilla

Todos vuelven a empuñar la bandera
es canto de hombres sin manilla
es libertad que fecunda la tierra.

vahema

La Paz 1998
v a h e m a

ES LIBERTAD QUE FECUNDA LA TIERRA

ES LIBERTAD QUE FECUNDA LA TIERRA


Detrás de la noche el poder
en medio de la luna el amor
la lluvia en tus ojos ha de caer
entre restos mortales que tienen dolor.

Son los barrotes de cárcel mojada
cuando el tiempo cesa de llamar
es tu rostro condena anulada
son las voces que tienen que cantar.

Los tiranos sembraron la muerte
el pueblo reunió sus semillas
es luz organizada de arcilla

Todos vuelven a empuñar la bandera
es canto de hombres sin manilla
es libertad que fecunda la tierra.

vahema

La Paz 1998
v a h e m a

domingo, 5 de octubre de 2008

Gonzales Viaña recorre España con Vallejo

González Viaña recorre España con Vallejo
Presenta novela vallejo en los infiernos en murcia, Madrid, oviedo, sevilla y otras ciudades
Mercedes Palomino. Madrid.


Peregrino. Eduardo González Viaña en la plaza de Murcia, España. Ha publicado una novela biográfica de Vallejo.
Eduardo González Viaña ha dejado a su burro Virgilio y al buen Dante, por estos días, para recorrer Madrid y otras ciudades españolas. El escritor peruano –ya diremos quién es Virgilio y Dante– este fin de semana presentó su nueva novela, Vallejo en los infiernos (Ed. Alfaqueque), en la Sala Cervantes de la Casa de América en Madrid. Una novela en la que recoge la experiencia dolorosa del autor de España, aparta de mí este cáliz cuando fue encarcelado entre noviembre de 1920 y marzo de 1921 en la ciudad de Trujillo, en el Perú, acusado de incendiario.
El escritor peruano peregrina una vez más por tierra española. Antes lo hizo en nombre de Virgilio y Dante, los protagonistas de su libro anterior, El corrido de Dante, novela que también publicó Alfaqueque. Esta vez, el jueves pasado, González Viaña llegó a la Casa de América nada menos que de brazo con Vallejo.
El poeta madrileño Luis García Montero se encargó de presentar Vallejo en los infiernos, que, en sus propias palabras, es "una lectura aconsejable porque es un testimonio de primerísima calidad sobre Vallejo y porque nos ayuda a comprender que la ficción no es simulacro, que es el mayor territorio de libertad con el que contamos los seres humanos". Así, y con un ¡Enhorabuena!, le dio la palabra al autor del libro.
AMORES Y CÁRCEL


Novela trae documentos inéditos.
Si el poeta César Vallejo hubiera tenido que narrar su época en la cárcel, aquellos cuatro meses que cumplió prisión por injustas acusaciones de terrorismo en su pueblo, Santiago de Chuco, y Trujillo, es probable que lo hubiera hecho como Eduardo González Viaña en Vallejo en los infiernos o al menos, bien nos lo hace creer el autor, con esta historia plagada de datos verosímiles. En ella nos cuenta que María Rosa Sandoval, primera pareja del poeta, estuvo muy enferma y decidió marcharse sin dejar más rastro que una carta donde le dice: "Adiós César, cuando recibas esta carta ya me habré marchado, para que los sueños sean sueños es mejor que no se vuelvan a soñar", o que el segundo amor de Vallejo, Zoila Rosa, tenía dos patios con una higuera donde los amantes se sentaban a conversar.
Como era de esperarse, González Viaña, en la presentación, tuvo que ponerse de pie para hablar, pues está acostumbrado a hacerlo por los años de profesor en las universidades de Berkeley y Oregon. El escritor hizo gala de elocuencia y habló de las razones de la creación de este libro como "una necesidad de contar algo que no está claro en los libros de historia, la época de Vallejo en la cárcel es necesario saberla" y también como un encargo dado por el escritor Antenor Orrego, cuando él era aún estudiante en Trujillo. "Antenor Orrego me dijo, tú serás el encargado de contar la historia de nuestra generación".
La sala Cervantes contó con la presencia de escritores y poetas peruanos como Miguel Ildefonso y Juan José Soto, quienes junto al público presente escucharon con atención la lectura de las cartas de amor de César Vallejo a María Sandoval. "Mariísima, uno de los acontecimientos más importantes de mi vida ha ocurrido hoy, hoy te he visto a mi lado, hoy estábamos viajando sobre una nube, y todos saben que las nubes no mienten", citaba González Viaña.
ESCRITOR PEREGRINO
El autor terminaba su discurso, con la sincera intención de que esta novela sea una novela para la memoria histórica y, como antes lo había dicho el poeta García Montero, recalcó la idea de que la ficción suele traslucir la mayor de las verdades. Partía el autor rápidamente, para cenar con personalidades como Almudena Grandes y García Montero, en una noche fresca de Madrid. Al día siguiente enrumbaría otra vez a Oviedo, para luego ir a Barcelona, a Sevilla, y seguir recorriendo España, la España que tanto amó Vallejo.
PERFIL
Eduardo gonzález viaña. Nació en Chepén (La Libertad, Perú), 1941. Ha publicado, entre otros libros, Sarita Colonia viene volando, El tiempo del amor, Los sueños de América, El corrido de Dante. Actualmente es profesor en la Western Oregon University, Estados Unidos.
Libro narra los meses de cárcel del autor de Trilce en los años veinte, en la ciudad de Trujillo.

viernes, 3 de octubre de 2008

TE BUSQUE

TE BUSQUE

Te busque
en tus ojos
y no te pude ver.

Te busque
en tu mirada
y no encontré tus ojos.

Te segui con el sol
ansioso por verte
y no halle tu sombra.

Te busque
en el silencio
de una inmensa oscuridad
y no te pude oir.

Te busque
en el paraíso de la alegria
y no halle tu sonrisa.

Te busque en el mar
en la brisa de las olas
y no encontre tu aroma.

Te busque
en los sonidos
de la musica en primavera
y no halle tu voz.

Te sigo
y te seguire buscando
en este planeta, o en otro
y no te encontré
en la tierra.

Te busco
en los jardines perfumados
entre los jardineros de la vida
y no halle tu rosa.

Te busco
en el llanto de la lágrima
y no encontré tu rostro.

Te busque
en la queja
lastimera de los que sufren
y no encontre tu noche.

¿Dónde estas?
me pregunto
con los brazos abiertos
y no encontré tu cuerpo.

Te busco
en el grito de la injusticia
y no halle tu nombre.

¿Dónde estás?,
me pregunto
¿Dónde estás?
con mi voz que rompe
mis pulmones
y no encuentro tus oidos.

Te busco
en el vuelo de los pájaros
volando en libertad
y no encontre tu mariposa.

Te busco
y te seguiré buscando
entre los frutales de la vida
y no halle tu manzana.

Te busque en el clamor
de las multitudes
en el rezo de una procesión
y no escuche tu palabra.

¿Dónde estás?
me pregunto
caminando entre la costa
la sierra y la selva
y no halle tu región natural.

Te busque
entre los rastros
de los caminantes
que se alejan
y no pude hallar
tus huellas.

Te busque
en el oceáno
de las cuatro estaciones
y no sentí
tus pulsaciones.

Te busqué
en los mitines,
entre los gritos.
Los brazos y los puños
y no encontré tu bandera.

Te busco
en la matemáticas
en el canto de los sabios
y no logré hallar tu numero.

¿Dónde estas?
paloma, me pregunto
Dónde estás?
y no encontré tu arrullo.

Te busque
en las llanuras
del olvido
recordé esas inmensas horas
que platicamos
y no encontré tu memoria.

Te busque
en las cristalinas aguas
en el manantial de los amores
y no senti tu rocio.

Te busqué
entre los versos de mi soledad
entre los libros de tu conciencia
y no pude encontrar
tu presencia.

Te busqué
entre los rincones
de la patria
pisando el aroma suave de la tierra
y no pude encontrar tu suelo.

Te busco
entre el pito de la usina
en las filas inmensas de las obreras
y no distingo tu vestido.

Te busco
entre los apostoles
entre la ignorancia y el saber
y no encuentro tu magisterio.

Te busco
entre las reuniones
en la mesa redonda
del debate y la opinión
y no distingo tu posición.

Te busco
en el estruendo de una madrugada
entre el canto y la sirena del ambiente
y no pude hallar tu día.

Te busco
entre el mensaje .de la doctrina
entre la teoria y la practica
y no pude hallar tu verbo.

Te busco
entre la trocha y el río
entre pájaros,arbustos y flores
y no puedo dar con tu destino.

Te busco
en el rincón dolido de mi barricada
y no pude hallar tu corazón.

Te busco
entre las letras de las canciones
entre las vocales y consonantes
y no te puedo hallar como antes.

Te busco
entre las notas
de quena,guitarra, quirquincho y charango
y no encuentro tu canción.

Te busque
hasta la cumbre
de la libertad y dignidad
y no pude hallar tu altura.

Te busqué
en las ropas húmedas
del holocausto
y no encontre tu sangre

Te busco
entre la tierra y el arado
entre el surco del dolor
y la tristeza
y no pude conseguir tu semilla.

Te busco
entre el trueno y el relámpago
entre el granizo y la nieve
y no encontre tu cordillera.

Te sigo y te seguiré buscando
entre las minas, de nuestros pueblos
entre el cobre, la plata y el oro
y no encontre tu acero.

ME PREGUNTO
¿Dónde estas?
¿Dónde te encuentras?

Vahema

TE BUSQUE

Te busque
en tus ojos
y no te pude ver.

Te busque
en tu mirada
y no encontré tus ojos.

Te segui con el sol
ansioso por verte,
y no halle tu sombra.

Te busque
en el silencio
de una inmensa oscuridad
y no te pude oir.

Te busque
en el paraíso de la alegria
y no halle tu sonrisa.

Te busque en el mar
en la brisa de las olas
y no encontre tu aroma.

Te busque
en los sonidos
de la musica en primavera
y no halle tu voz.

Te sigo
y te seguire buscando
en este planeta, o en otro
y no te encontré
en la tierra.

Te busco
en los jardines perfumados
entre los jardineros de la vida
y no halle tu rosa.

Te busco
en el llanto de la lágrima
y no encontré tu rostro.

Te busque
en la queja
lastimera de los que sufren
y no encontre tu noche.

¿Dónde estas?
me pregunto
con los brazos abiertos
y no encontré tu cuerpo.

Te busco
en el grito de la injusticia
y no halle tu nombre.

¿Dónde estás?,
me pregunto
¿Dónde estás?
con mi voz que rompe
mis pulmones
y no encuentro tus oidos.

Te busco
en el vuelo de los pájaros
volando en libertad
y no encontre tu mariposa.

Te busco
y te seguiré buscando
entre los frutales de la vida
y no halle tu manzana.

Te busque en el clamor
de las multitudes
en el rezo de una procesión
y no escuche tu palabra.

¿Dónde estás?
me pregunto
caminando entre la costa
la sierra y la selva
y no halle tu región natural.

Te busque
entre los rastros
de los caminantes
que se alejan
y no pude hallar
tus huellas.

Te busque
en el oceáno
de las cuatro estaciones
y no sentí
tus pulsaciones.

Te busqué
en los mitines,
entre los gritos.
Los brazos y los puños
y no encontré tu bandera.

Te busco
en la matemáticas
en el canto de los sabios
y no logré hallar tu numero.

¿Dónde estas?
paloma, me pregunto
Dónde estás?
y no encontré tu arrullo.

Te busque
en las llanuras
del olvido
recordé esas inmensas horas
que platicamos
y no encontré tu memoria.

Te busque
en las cristalinas aguas
en el manantial de los amores
y no senti tu rocio.

Te busqué
entre los versos de mi soledad
entre los libros de tu conciencia
y no pude encontrar
tu presencia.

Te busqué
entre los rincones
de la patria
pisando el aroma suave de la tierra
y no pude encontrar tu suelo.

Te busco
entre el pito de la usina
en las filas inmensas de las obreras
y no distingo tu vestido.

Te busco
entre los apostoles
entre la ignorancia y el saber
y no encuentro tu magisterio.

Te busco
entre las reuniones
en la mesa redonda
del debate y la opinión
y no distingo tu posición.

Te busco
en el estruendo de una madrugada
entre el canto y la sirena del ambiente
y no pude hallar tu día.

Te busco
entre el mensaje .de la doctrina
entre la teoria y la practica
y no pude hallar tu verbo.

Te busco
entre la trocha y el río
entre pájaros,arbustos y flores
y no puedo dar con tu destino.

Te busco
en el rincón dolido de mi barricada
y no pude hallar tu corazón.

Te busco
entre las letras de las canciones
entre las vocales y consonantes
y no te puedo hallar como antes.

Te busco
entre las notas
de quena,guitarra,
quirquincho y charango
y no encuentro tu canción.

Te busque
hasta la cumbre
de la libertad y dignidad
y no pude hallar tu altura.

Te busqué
en las ropas húmedas
del holocausto
y no encontre tu sangre

Te busco
entre la tierra y el arado
entre el surco del dolor
y la tristeza
y no pude conseguir tu semilla.

Te busco
entre el trueno y el relámpago
entre el granizo y la nieve
y no encontre tu cordillera.

Te sigo y te seguiré buscando
entre las minas, de nuestros pueblos
entre el cobre, la plata y el oro
y no encontre tu acero.

ME PREGUNTO
¿Dónde estas?
¿Dónde te encuentras?

Vahema

miércoles, 24 de septiembre de 2008

ANTESALA DEL AMOR

Antesala de Amor
Se acomodó encima de mis rodillas, desabotono su blusa celeste y mordiéndome a los ojos descubrió sus senos y me dijo: ¿No te gustan?.Una luz mortecina alumbraba sus orillas gastadas por los años. Mis labios recorrían sus montañas afiebradas, las manos transitaban por los firmamentos de los recuerdos. Separamos el pavor de sus colores del rojo hilo de su premura. Sobre la mesa de sus apuros serví dos vasos de Singani, ella presurosa coloco sobre los vasos, cubitos de hielo. Desde el cristal de mis pensamientos fui dando vuelta a la baraja, retire una carta y la cubrí con mi mano izquierda. Sobre el pecho desnudo de sus emociones, acaricié los crepúsculos de sus arrebatos, era la vitrina dormida de sus años, en las playas calientes de las manos.El timbre del departamento sonó dos veces. Debajo del umbral de la cocina se detuvo. ¿Quién será?, Me preguntó en voz baja, hice una mueca de admiración, fijó su mirada hacia la puerta principal del departamento, giró sobre sus talones y acomodó sus espaciosas caderas sobre una pequeña silla de madera.Saco de los zapatos cuidadosamente sus pies, y se dirigió descalza hacia la puerta de entrada, miró por el ojo mágico, dio las espaldas a la puerta, se persignó como si estuviera entrando a la iglesia del barrio y abrió la puerta, era el portero del edificio que venía a entregarle una torta que un amigo de Myrla se la enviaba.A este me dijo señalando la torta lo conocí a las dos semanas de haberme casado, todos los sábados almorzábamos juntos, ¿cuánto tiempo, duró eso? Pregunté, fueron ocho meses, lo acompañe en sus giras políticas, en las campañas electorales, pero nunca vote por él ni por su partido. Unos tallarines en salsa verde aplacaron con creces nuestra hambre, lo acompañamos con un semiseco de Tacama helado, bebimos todas la botella. La música desbordaba el ambiente, las cortinas de gasa china colocadas en el comedor, dejaban ver las nostalgias de los sueños imperiales, terminamos comiendo torta y queques. Una bocina de auto hizo estallar la conversación. Puede ser mi marido dijo Myrla que se le ha ocurrido venir a visitarme. Desde la ventana de su dormitorio observó el auto de su marido que se iba perdiendo en una larga fila de movilidades, las fotografías desparramadas sobre su sillón de costura delataban su escultural cuerpo, montada sobre un caballo se reafirmaba su colaboración en las campañas políticas.
Sobre una alfombra verde billar y entre almohadones posaba cubierta con una malla de color acero. Ese fotógrafo estuvo contratado para la campaña electoral, todos los días posaba desnuda. He coleccionado 100 fotografías, solo 3 personas han tenido acceso a ellas: Mi madre, mi sobrino y un amante pasajero; la interrumpí para preguntarle si el político ha tenido acceso a ellas, no me dijo, cuando ejerció la cartera del ministerio de trabajo, sobre las resoluciones recién impresas hacíamos el amor. Cogió una fotografía en que se cubría con una malla de naipes, levante la mano izquierda que cubría la carta y se la enseñe, la miró y sonriendo me dijo vamos a viajar, encendió un cigarro negro y comprobó lo que había manifestado. Sobre la cresta de sus olas, descansé en el oasis de sus pretensiones, llegué hasta la ofrenda de su memoria, con el orgullo de la palabra. La mire y ella también, tenía puesta una malla de ballet de color rojo, su cuerpo era un remolino de vueltas, la penetré sobre el calor de sus paisajes, era una balsa al garete, ella se aferraba a la tangana, sobre el tapiz de sus flores, nos cubrió la última catarata. En la noche de su germinación terrestre, nacieron las azucenas. Un polo amarillo cubría su torso, sobre la cima de sus elevados senos se leía: "HAZME NACER " en letras negras y gruesas. Sonó el timbre del teléfono. Si te espero. Vienes pronto. Chau. Su sobrino apareció cansado, arrojó el maletín sobre el sofá, colgó su kepí y se estiro en el sillón. Un plato de sopa hirviente alcanzó a remecer sus horizontes. Colgó la luna de sus sentimientos sobre los brazos calientes de su tía, la cercó cuerpo a cuerpo, progresivamente exploró todos los terrenos, enderezó las curvas, saltó los precipicios, descanso sobre la bajada de sus muslos y por último llegó al ojo caliente de las aguas termales. La madre de su sobrino sospechaba las relaciones turbulentas que llevaba su hijo con su hermana. Las diferencias entre las hermanas datan de muchos años atrás, cuando tuvo relaciones con un alemán y procreó un hijo que era el sobrino de Myrla. Desde aquel entonces las diferencias alcanzaron alturas insospechadas.
Sobre el mostrador de su negocio, el marido de su hermana, acariciaba los cabellos de Myrla, que sucumbía alegremente al requiebro de su cuñado. Eran varios los años que mantenían continuos contactos, estos se fueron intensificando sin que ellos se dieran cuenta, que estaban dentro de una vorágine que no tenia cuando parar. Todo empezó cuando él fue arreglar el Calefón y tuvo que volver varias veces para terminar el trabajo. El cuñado conocía de antemano las debilidades de las bondades que poseía Myrla. En el Jardín de tu vida, eres flor fraganciosa, sobre tu mente prodigiosa, hay una luz encendida, de azucena nacida. Sobre la margen derecha de Río Abajo, se deslizaba la camioneta Blanca Sedan 4x4, que la conducía Myrla, los boleros de Galy galeano, iban abonando el camino. Un manto verde de sembríos de lechuga, extensiones de cañaverales iban matizando la tarde cargada de calor, al fin llegamos mencionó Sadel, dándole un beso en las piernas a Myrla. Una edificación grande rodeada de jardines muy bien conservados los recibieron. Aquella servía de descanso mensual al padre de Myrla que bajaba de sus propiedades cultivadas de alfalfa. Sobre la terraza de ésta se podía ver los últimos sembríos de una cosecha tempranera. Dos perros pastores coronaban el silencio ampuloso del deseo. Sobre la tumba de sus ocurrencias, el viento perezoso caminaba sobre el crepúsculo de la tarde. Epifanio el portero mayor sirvió dos vasos de jugos, de su bolso negro apartó una bolsa plástica y se la entregó a Epifanio, para tus hijos le dijo. Mandó preparar dos asados con papas fritas y ensalada de tomates. Caminaron por el corredor derecho, una escalera de madera los llevó a una habitación grande con olor a caoba, las paredes mostraban fotografías y pinturas al óleo, sobre la izquierda un bar repleto de licores, el traje de seda en color lila que vestía Myrla, desaparecía entre las sombras pudorosas de los lienzos que miraba absorto Sadel.
Descubrí tu edificio de mujer, sobre columnas hermosas, una terraza preciosa, cristal del amanecer. Sí la lluvia quiere caer, extiende tu cabellera, corazón de cordillera, ciudadana del amor, credencial del candor, escudo y bandera. Las manos se juntaron, las pinturas se hundieron, las maderas temblaron ante el peso esquizofrénico de los cuerpos, las luces cambiaban de colores, los ojos retumbaron, las macetas y las flores no alcanzaron haber el sol. Desde la cumbre de una leve sonrisa, el coraje de tu rostro, atravesó el cabildo de tus ojos. La noche mostraba su sonrisa serena, sobre la berma derecha, aparcó la camioneta, bájate antes que la gorda té mate, le dijo Myrla en alusión a su hermana de ella. El día se iba acomodando, en las alturas había nevado, el soplido del viento acababa los últimos tragos de la noche. Myrla llegó corriendo, a las diez de la mañana tenia una cita reservada con el gerente de la compañía. La secretaria en tono suave le indica que puede pasar a la oficina de la gerencia. Lucía un pantalón ceñido verde agua, con la astucia de sus años le presenta su saludo caluroso. Aquel era un hombre que bordeaba los treinta años, sobre la aurora de sus 40, le muestra un listado de su mercadería. Recibí tus ositos de peluche gracias y le estampó un sonoro beso en el rollizo cuello del gerente y con sus manos le despeinaba el cabello. Comunica por el anexo que preparen el pedido de la Señora Myrla antigua cliente de la Compañía, fímame estas 6 letras y también estos 6 recibos, es una formalidad le dice, mientras que acomodándose sobre las piernas del gerente, le desata la corbata y le empieza a tocar las notas de la Marcha Paso de Vencedores. Va usted con cuatro hombres y las autoridades judiciales, a realizar el allanamiento de un laboratorio de cocaína, si mi capitán y se retira. Desde un teléfono público habla con Myrla, prepárate, mañana sobre las seis de la tarde me esperas en el Paseo de la Rotonda, estaré con una camioneta roja. Esta bien no faltare, cuídate. No te preocupes. Chau. Colgó el teléfono y se retiro a la cocina, mientras tanto meditaba sobre esa llamada. Comenzó a arreglar las habitaciones, salió a la calle a almorzar y atender su negocio.
En el olvido de sus pretensiones, sobre la Rada de sus ensueños, el consumo de un cigarro negro acariciaba sus ambiciones. La camioneta de la compañía desembarcaba su mercadería, 8 bultos grandes era el listado completo de su pedido, me lo firma señora dijo el empleado y se retiró. A caballo regalado no se le mira las muelas y los apilo unos tras otros. El hermano de su marido que llego a visitarla, se percata de la mercadería. Cuanto cuesta esto la interrogó. Como era su costumbre, desde que se inició en el mundo de los negocios, aprendió a eludir los momentos ásperos, sin embargo esbozando una sonrisa de disimulo contesto: "SI TU ME DAS, YO TE DOY" y sé hecho a reír a mandíbula batiente. El hermano de su marido, no se quedó callado, con la autoridad que le daban los últimos cuatro años, de conocerla como la palma de su mano, espetó: Estas pagando en género. Así es dijo Myrla, badulaque, embustero, vividor, ganapán. Las palabras siguieron volando, el cuñado dio las espaldas y se alejo. Sobre la tarde dormida del día siguiente, la camioneta roja estacionada la recogió. El agente de inteligencia la miró detenidamente y en su memoria se dibujaron el plano de la casa donde iban a dormir. Me quieren matar le dijo. ¿QUIEN? La misma inteligencia. Se detuvo la camioneta, bajaron una guitarra, una bolsa que contenía alimentos, dos botellas de ron, una linterna grande. Las puertas de las habitaciones estaban cerradas, solo quedaba abierta la del baño. En la habitación grande del comedor acomodaron unas sillas, sobre una mesa depositaron los alimentos, Myrla avanzó hacia el baño, el agente indicó no prendas las luces, a tientas se volvió a pintar los labios, se acomodó el cabello, recogió las ropas húmedas colgadas desde el verano de sus sentimientos. El agente cantaba acompañado de su guitarra. Desde la puerta del baño Myrla exclamo: Estas poderoso, el agente alzó la cabeza, dejó de cantar y le señaló la botella, sirve de una vez, porque me cago de sueño, ella "alzó la copa de su viento, y sirvió en las mesas de las hojas, las flores bellas de su recuerdo"
Entre vasos de Singani, cigarrillos, música, penetraciones, fue perdiéndose la noche, el agente la contemplaba. Eres un monumento, de luz y de hueso, de luna y de queso, libre como el viento. Cálida en su momento, en perfumes de clavel, con sabor a laurel, vestida de rosa bella y hermosa, de junco y de miel. Sigilosamente se vistió el agente, bajó silenciosamente las escaleras, regresó por las llaves, observó la camioneta roja estacionada, con la pistola en la mano se fue acercando, la puerta posterior estaba semiabierta, estiró el brazo izquierdo y la cerró. El chofer no se encontraba en su puesto de vigilancia, caminó unos cuantos metros y llegó a la esquina superior del parque, descendió por unas gradas de cemento y encontró al chofer desangrándose, volvió sobre sus mismos pasos, dio una vuelta a la manzana, ingresó velozmente a la casa, en los peldaños de la escalera estaban regadas las botellas, llamó por su nombre a Myrla, y nadie contestaba, terminó de subir las escaleras y se dirigió al baño, estrangulada con una soga al cuello agonizaba Myrla, estaba desnuda sobre la tina, se arrodillo, pronunció su nombre, la besó en la frente, intento desatarla y una ráfaga de metralleta acabo con su vida.Sucre, 04 de noviembre 2003Vahema

jueves, 11 de septiembre de 2008

SOBERBIA ENTERRADA

SOBERBIA ENTERRADA

New York,New York
¿Cuál es tu destino?,
llamas en tu camino
tragedia y horror
muerte y dolor
ciudad desvastada,
esperanza quemada
en tus ambiciones
fuego en tus mansiones
soberbia enterrada.

vahema
15 Nov. 2001
Sucre Bolivia

domingo, 7 de septiembre de 2008

DECIMAS DE CARLOS SAAVEDRA

ES LUCHA Y APOSTOLADO
SABE HACER PATRIA ENSEÑANDO
SU NOMBRE ES MANUEL FERNANDO
SANTA MARIA ALVARADO
Desde niño aceptó el reto
de hacerle a la vida frente
de luchar contracorriente
y afirmarse en el respeto
de amar a tiempo completo
la enseñanza enamorado
del don del hombre moldeado
desde el barro por otro hombre
el maestro cuyo nombre
ES LUCHA Y APOSTOLADO
Forjar un hombre a la vida
es un arte que se aprende
día a día y que enciende
más el fuego de esa vida
es hacer patria invocando
la luz del conocimiento contagiando
entendimiento como un virus de hermandad.
Por su amor a la verdad
SABE HACER PATRIA ENSEÑANDO
Su carita de inocente
aunque maduro señor
oculta al hombre de honor
de conciencia transparente
de emoción social urgente,
que enseña como jugando
y se acrisola enseñando.
¿Quién es este hombre cuyo estro
es ser buen hombre y maestro?
SU NOMBRE: MANUEL FERNANDO
Su sonrisa generosa
como una lágrima esconde
y en ese rincón en donde
la tristeza se arreboza
germina una blanca rosa
que aroma el hogar sagrado
porque en su vida ha logrado
ser más humano enseñando,
mi hermano Manuel Fernando
SANTA MARIA ALVARADO.
Carlos Saavedra
99275-7371654-6039

martes, 26 de agosto de 2008

AUSENCIA

AUSENCIA

ME AUSENTE PATRIA HERMOSA
EN UNA MAÑANA DE MILITARES,
CON EL ÚLTIMO INVIERNO DE
NUESTROS SUEÑOS,
Y CON EL PRIMER ABRAZO
DE NUESTRA HISTORIA.

CUANDO TUS OJOS ACARICIARON
LA PRIMAVERA DE LOS SUFRIMIENTOS.
Y CUANDO MIS HUESOS
SE BAÑARON EN LAS
LÁGRIMAS DE TU SAL.

CON MIS ROPAS HÚMEDAS
COSIDAS POR EL VIENTO
Y MOJADAS CON LAS
PRIMERAS MAÑANAS
DE NUESTRAS ALEGRIAS.

CON EL RUIDO DE TUS OLAS
ESCUCHÉ LAS TORTURAS
DE LOS DÍAS Y
EN EL FRIO DE LA PUNA
SR CONGELARON LAS
TRAICIONES.

VAHEMA

La Paz o7 abril 1997
v a h e m a

lunes, 25 de agosto de 2008

QUE LA POLVORA DESPIERTE

QUE LA POLVORA DESPIERTE

El pueblo va forjando
su propia historia,
fuego y memoria
a su paso va quedando.
Aquellos que luchando
enfrentan a la muerte,
corren la misma suerte
en horrendas prisiones,
castigo a las mansiones
que la pólvora despierte.
vahema
febrero 2006
sucre bolivia

JUSTINIANO MINAYA SOSA

JUSTINIANO MINAYA SOSA

Juntastes tu verbo,
con la sangre y el acero.

Imprimistes a tu voz,
el aliento de los miles.
Incorporastes obreros
y campesinos,
y a la causa del estudiante
le enseñastes el coraje
de tu clase.

Uniste las aguas
de tu lucha,
con el torrente de las multitudes.

Crecistes, entre las
letras de los puños,
te lavaste la cara
con el sudor de la miseria
y recogistes cada lágrima
del pueblo, con tu
propios ojos.

Saliste de las faldas
de la Cordillerra Negra
vomitando las entrañas
de la opresión.

Organizaste el color de la bandera
que tu piés callosos
y vencidos recorrieron
los tiempos de la lucha.

Tres veces te envenenaron
y tres veces resucitaste
entre los ojos de tu cordillera,
y tus manos duras como la nieve
siguieron sembrando
las flores rojas de tu nacimiento.

En la soledad verde
del Callejón de Huaylas
se perdieron tus pasos
para renacer nuevamente
con tu figura augusta y gallarda
recogiendo los gritos
entonando los cantos
levantando la miseria
juntando los harapos.

Tocaste las puertas
de tus hermanos
que escucharon
tu verbo organizador,
y en el mate de la yerba buena
y de la coca se cicatrizaron
todas tus heridas.

Justiniano, hijo de la cordillera
hermano del mineral
compañero eterno del Huascarán.

Cada pueblo, conoció tu nombre
cada cosecha, bebió de tu sangre
y tus pasos, con el polvo de los años
repartieron el pan.

Sembraste en cada surco
la semilla de la rebelión
secaste con tu bandera
la sangre derramada.

Tu sombra perseguida
pronunció la palabra del partido

Floreció tu piedra
en el dolor humano de la mesa.

La alforja en tus espaldas,
conoció el dolor
de tus pulmones.

Justiniano, compañero sincero
de la crítica,
hermano profundo
de la autocrítica,
cosistes tus pantalones,
con la aguja de la humildad
con los hilos de la noche
amarrastes la soberbia.

Justiniano, hermano y camarada
tu fuistes con tus cabellos lacios
y tu rostro cetrino
a juntar la conciencia de tu pueblo,
amontonar la rebeldia,
a juntar las letras de la justicia,
a hilvanar las oraciones de la lucha.

Justiniano
tu escribiste una página,
tras otra página
varias páginas
bordadas de sufrimiento
de llanto y de dolor
pero tambien de alegria
y de esperanza.


Dónde tus piés pisaron
broto el agua y la luz,
donde tu mano recibió
un plato de comida
se alzaron las palabras,
se abrieron los corazones
las voces nacieron
en medio de la tierra,
desafiando los ultrajes.

Tú letra clandestina
viajó junto con el cansancio
de los huesos.

Caminamos a repartir las tareas
con el rumor del río.
Caminamos juntos bajo la lluvia
y sobre la tierra dormiamos
sobre una piedra.


El Ichu de la puna
con los copos de su nieve
escondió tus pisadas.

Tus ojos bebieron las letras
amarillas de los libros.

Cada letra era un golpe
en las orillas de tu saber.

Justiniano, hermano del libro
compañero de las letras
deletreaste cada rama del saber
con las oraciones de sus hojas.

Tu sed de conocer el mundo
y de cambiarlo,
abrió las páginas de tu vida.

La oración de tus palabras
cincelaron el acero de los cantos.

Recorriste cada asamblea campesina
y tocaste el corazón de los humildes.

Diste nacimiento
a los reclamos colectivos,
repartiste las ideas cada noche
y en cada vela,
enseñaste a escribir la letra
roja de la bandera,
cada niño aprendió tu nombre
en cada lluvia floreció tu verbo.

Alcanzaste la altura del árbol
juntaste con tus manos las hojas.

Separastes la paja del trigo,
y descubristes al enemigo,
una emboscada infeliz acabo contigo.

Peinamos la cabellera de la noche,
para derretirnos en el secreto
de las tinieblas. Juntar las manos
ausentes, las voces calladas,
para construir el armazón de la lucha
con el silencio de la pólvora.

En el silencio de la loza,
contamos los huesos de los muertos.

Las quejas y los sollozos
bordaron el manto de la noche.

Con la ausencia de la luna
durmieron nuestros ojos.

VAHEMA

LA PAZ, MARZO 1997

domingo, 24 de agosto de 2008

FAUSTO ESPINOZA FARFAN


FAUSTO ESPINOZA FARFAN

Fue tu Cusco ancestral
que te dio la vida.

Tu Cusco combativo
que te vio crecer.

Tu Cusco heroico
que te guarda
en la memoria inmortal
de todos los mortales.

Adonde no habra alcanzado tu mirada
rompistes barreras y fronteras,
y tus manos inmensas solidarias
abarcaron todas las tierras.

Un dia te fuistes a la eternidad
marchastes con paso de dignidad,
y tus obras resisten al viento
alimentandose de la fragancia del tiempo.

Supistes vencer las dificultades
sacaste hermano, fuerza, coraje y valor
te alzaste orgulloso como el condor,
sobre las piedras de tu Sacsahuaman.

Te buscamos en las alturas de tu saber
entre la conciencia y la existencia,
te encontramos cultivando
la verdad de la ciencia.

Obraste recogiendo el legado
de la cultura de tu pueblo milenario,
Te levantaste como el monumento a Pachacutec
aguerrido, intrepido y visionario.

Vahema

La Paz, 01. 10 . 1996

MANUEL SCORZA

MANUEL SCORZA
Nos despedimos un verano
tu escritor consagrado
de los andes valorado.
Con el cerebro y la mano
luchastes contra el tirano
en la ECCOLE DE PARIS,
brillastes como un anis
con pensamientos mayores
poeta de los mejores
tu lira nos hace feliz.
febrero 2003
SUCRE BOLIVIA
v a h e m a

jueves, 21 de agosto de 2008

LLEGAREMOS A LA META

LLEGAREMOS A LA META

Vamos a cambiar el día
prepárate camarada,
partimos de la nada
con infinita alegría.
Fuerza de ideología
con nutrida devoción,
para cumplir la misión
es nuestra arma secreta
llegaremos a la meta
de nuestra revolución.

vahema
17 de agosto 2008
Sucre Bolivia

LA NOCHE CONTO TUS DIAS

LA NOCHE CONTÓ TUS DIAS

De adónde tu venías
cubierta de soledad,
de vientos y de lluvias
vestida de humildad.
La noche contó tus dias
en las horas de tus ojos,
habia luz y despojos
marcados en el suelo,
eran letras de tu vuelo
en el tiempo que recojo.

vahema
Enero 2002-
Sucre Bolivia

miércoles, 20 de agosto de 2008

MANUEL SANTA MARIA

MANUEL SANTA MARIA
Encendiste el saber
entregastes magisterio
ocupaste ministerio
fue tu digno quehacer.
El Peru pudo obtener
hermosa "Exposicion"
su discurso de inauguracion
lo leyo aquel dia
Manuel Santa Maria
digna recordacion.
vahema
Noviembre 2004
Sucre Bolivia

MANUEL SANTA MARIA

MANUEL SANTA MARIA
Encendiste el saber
entregastes magisterio
ocupaste ministerio
fue tu digno quehacer.
El Peru pudo obtener
hermosa "Exposicion"
su discurso de inauguracion
lo leyo aquel dia
Manuel Santa Maria
digna recordacion.
vahema
Noviembre 2004
Sucre Bolivia

martes, 19 de agosto de 2008

POL POT EN MI RECUERDO

EL MUNDO, UN DÍA

http://mjoh.blogspot.com/

Name: Manuel Jesús Orbegozo
Location: Peru
Primero, recorrió todo su país en plan informativo, y luego casi todo el mundo con el mismo afán. Por lo menos, muchos de los grandes sucesos mundiales de los últimos 30 años del siglo XX (guerras, epidemias, citas cumbres, desastres, olimpiadas deportivas, etc.) fueron cubiertos por este hombre de prensa emprendedor, humanista, bajo de cuerpo pero alto de espíritu, silencioso, de vuelo rasante, como un alcatraz antes que de alturas, como un águila, por considerar que la soberbia es negativa para el espíritu humano. Trabajó en La Crónica y Expreso, y más de 30 años en el diario El Comercio como Jefe de Redacción, luego fue Director del diario oficial El Peruano y como profesor de periodismo de la Univesidad Nacional Mayor de San Marcos lo sigue siendo aún después de 30 años seguidos. Esta es un apretada síntesis de la vida de un periodista que, regularmente escribirá en este, su weblog.

Sunday, August 17, 2008

POL POT EN MI RECUERDO

Fui el último periodista que conversó con él El conocido filósofo argentino, Mario Bunge, me preguntó si recordaba la impresión que me había causado Pol Pot. Yo le dije que sí, pero que ninguna en particular. Le recordé que cuando conversamos en su palacio de Pnom Penh, la mañana estaba despejada; él más bien, estaba atormentado. Pol Pot me pareció un campesino rico o un pequeño burgués kampucheano, no un genocida. No tenía señas de serlo. Sonreía muy levemente mientras conversaba o mejor dicho , no sonreía. Se obstinaba en referirse a Vietnam y clamaba porque lo apoyaran todos los países del mundo; la invasiòn vietnamita era inminente. Eso lo preocupaba y no mis preguntas sobre si era genocida como lo llaman en Occidente, o de cuántas muertes se hacía responsable. Tuvo tiempo para recibirme cuando los insurrectos internos lo tenian arrinconado. Todo andaba revuelto en el país. Una movida más y !jaque mate!. Un día, el embajador Ok Sakun, -que era mi guía gentil-, cuando ibamos en jeep a los escenarios de la guerra, me informó que la noche de mi llegada habían asesinado al periodista Malcolm Caldwell, un viejecito inglés autor de un desesperado libro sobre Cambodia. Horas antes, con él y su esposa y dos periodistas canadienses más, habíamos visto una película filmada por cineastas japoneses sobre la conquista de Pnom Penh de manos norteamericanas, por los Khmer Rouge; toda una epopeya. La cita fue el 30 de diciembre de 1978 y no ob stante el tiempo transcurrido- el rostro de Pol Pot es uno de los pocos que no se han descolorido en mi memoria. Lo tengo registrado perfectamente como en una computadora. No le falta nada: sus ojos oblicuos y su nariz asiática, el óvalo de su cara y sus cabellos hirsutos; recuerdo su tono de voz y su brilloso uniforme verde oscuro con casaca «Mao» cerrada hasta el cuello. No tengo ningún hilo que me lleve a una madeja de esquizofrenia. Pol Pot no hablaba, como Hitler, a tragantadas, ni me causaba el temor que nos causa ver a aquel nazista aún en las películas. No tenía esa «mosca» hitleriana ni esos bigotazos stalinianos; más bien era lampiño y sobre sus pómulos se reflejaba la luz como sobre dos monedas opacas. Me aseguró que en toda revolución caen muchos partisanos. Me habló de Napoleón para decirme que Vietnam hacía muy mal en invadir su país porque los invasores siempre tienen mal fin. Aceptó que muchos soldados murieron en la contienda. Ya Mao había dicho que una revolución no es un five o‘clok tea. Pero, dijo que tenía la conciencia tranquila. Estaba esperando la llegada de Kurt Walheim, Secretario General de la ONU de entonces, quien le había prometido quedarse un mes en Kampuchea para constatar el número de muertos y de paso, revisarle su conciencia. Pero, yo considero imposible penetrar en la conciencia de nadie menos en unas dos horas que es lo que yo estuve con Pol Pot. No podía ajocharlo a preguntas sobre los crimenes que le imputaban porque habría sido inútil, él tenía los cinco sentidos puestos en la invasiòn vietnamita. Me contestaba indiferente, como un monje budista más que como un guerrero khmer. Cuando me leyó el parte donde le informaban sobre las últimas escaramuzas de guerra, lo hizo sombríamente; el traductor me alcanzó el contenido en inglés, pero, entonces, vi que una nube nefasta le opacó los ojos; parpadeó apurado. Parecía que veía a los invasores entrando por la puerta del palacio donde conversábamos. Entonces, ordenó que dispusieran mi viaje en el primer avión que saliese a China. Me entregó dos jarrones de laca y una tarjeta de visita. En el sobre escribió mi nombre en francés y «& madam». «Ustedes serán mis invitados cuando triunfemos sobre los vietnamitas como lo hemos hecho sobre los norteamericanos» me dijo mientras me apretaba la mano en la despedida. Su suerte estaba echada. Veinticuatro horas después, 130 mil soldados vietnamitas, 14 divisiones de tanques apoyados por aviones MIG-19, al mejor estilo nazi, invadían Kampuchea para quedarse allí diez años. Pol Pot huyó a las fronteras con Tailandia. Años más tarde, cuando yo regresaba de Filipinas después de ver triunfar a Corazòn Aquino, me decidí ir hasta Kao-I-dang, una aldea perdida en los bordes tailandeses; allí estaba Pol Pot. Fue una odisea. Con un joven médico malasio llegamos clandestinamente hasta los bordes de esa mísera aldea que ni siquiera figura en los mapas; pero una cerca de alambres con superpuas nos impideron visitar a Pol Pot. En un mercado popular, el malasio y yo almorzamos culebras en un puesto de comida de mala muerte y a mí me atacó un cólico biliar que casi me mata. En Bangkok estuve cuatro dias hospitalizado, pero nunca me pesó haber intentado hablar con el considerado mayor genocida de este siglo, despúes de Hitler. El profesor Bunge me dijo, como un consuelo, que Pol Pot no fue genocida sino asesino. Yo le pregunté por qué y el me dio una respuesta escolástica. El caso puede ser que Pol Pot no sea sino un asesino más de los tantos que registra la historia humana, aunque no como Asursanirpal II, por ejemplo, que en Asiria, les cortaba la cabeza a sus enemigos solamente para formar pirámides con cuyas puntas pretendía tocar el cielo. Como fui el último periodista que habló con Pol Pot, éste es un personaje inolvidable para mí. Lo recordé el día en que murió despreciado, enfermo, maldecido, con su cuerpo y su alma en la mayor miseria humana, y pensé en que nadie sabrá si se fue al cielo o al infierno, porque los designios de Dios, de Alá, de Buda o de cualquier otro dios idealizado por el hombre sobre nuestro destino final todavía siguen siendo un misterio.

lunes, 18 de agosto de 2008

SOLEMNE HUASCARAN

SOLEMNE HUASCARAN

Solemne Huascarán
blanco es tu vivir,
tu corazón hace sufrir
a los muertos que se van.
De tu nieve bajarán
LLanganuco tu laguna,
de azul viste tu luna
donde descansa el mundo
son almas de vagabundo
que conservan tu fortuna.--
vahema
febrero 2004
Sucre Bolivia

sábado, 16 de agosto de 2008

TU VALOR ATESORO

TU VALOR ATESORO

Cuando te volví a ver
el árbol estaba doblado,
el puquial secado
no tenía donde beber.
apareció el saber
entre páginas escondidas,
fueron hojas perdidas
que tu valor atesoró
fué la tierra que lloró
y nos devolvió las vidas.
vahema
noviembre 2001
Sucre Bolivia--

viernes, 15 de agosto de 2008

CON CULTURA Y ACERO

CON CULTURA Y ACERO

Esa Albania querida
en tu libertad te ame
tierra roja que písé
aprendí nueva vida.
En el dolor de mi herida
el Socialismo vivió
ese pueblo me nutrio
con cultura y acero
esa patria que quiero
en su corazón me abrigó.

vahema
noviembre 2001

Sucre Bolivia
-- vahema

jueves, 14 de agosto de 2008

SIMBOLO DE REVOLUCION


SIMBOLO DE REVOLUCION

Dejastes la vida terrenal
sin tu deseo cumplido
tu esperanza ha vivido
con tu entrega total.
Fuistes lider universal
bandera de liberación
palestino de acción
luchador consecuente
el mundo te siente
simbolo de revolución.

vahema

12 noviewmbre 2004
sucre bolivia

LA HERMOSURA ES MUJER

LA HERMOSURA ES MUJER
La belleza te vió nacer
Lima te bañó en sus brazos
Octubre cultivó tus pasos
la hermosura es mujer.
Guerrillera tiene que ser
proletaria o campesina
tu beldad la asesina
un tirano explotador
con lucha y amor
nuestra historia camina.
vahema
marzo 2000
Potosi bolivia

miércoles, 13 de agosto de 2008

LUCHA REYES

LUCHA REYES

En tu 'Ultima canción'
criolla y limeña
'Tu voz', tu voz es dueña
de bella interpretación.
Hay severa aflicción
por tu muerte en Octubre
llanto limeño te cubre
como una 'Rosa Roja'
Lucha Reyes se deshoja
y el Perú te descubre.
VAHEMA

JULIO 2003

SUCRE BOLIVIA.
DE LAS RIBERAS DEL CONDEBAMBA

En las calles de Namora
buenas tardes de Linares
ocultando los pesares
nuestra vida se enamora
ella trajo la aurora
de las riberas del Condebamba
con su vestido de Cajabamba
tibias aguas del Crisnejas
de mi recuerdo no se aleja
claras noches de Tayabamba.
vahema

Setiembre 2000
Sucre Bolivia.

ARCHIVOS DE HISTORIA

ARCHIVOS DE HISTORIA
Una voz de acusación
inicio la cacería,
agentes de la tiranía
desataron la represión
expertos en esta misión
fueron tras de mis lazos
sin poder cortar mis brazos
busqué en mi memoria
archivos de historia
que guiaran mis pasos.
vahema
Enero 2002
Sucre Bolivia